viernes, 9 de julio de 2010

¿Fraude en mi empresa?

Por diversas causas sociales, económicas, de pérdida de valores y de materialismo rampante en el mundo de hoy, las estadísticas de fraude en los negocios de todos tamaños nos van mostrando cada vez cifras más alarmantes. De acuerdo con la Quinta Encuesta Global sobre Delitos Económicos publicada por Pricewaterhouse Coopers junto con la escuela de Negocios INSEAD en noviembre de 2009, las organizaciones participantes en México reportaron haber sido victimas de fraude en 51% de los casos, mientras que en 2005 habían reportado este hecho sólo el 42% de las compañías.
Por otro lado, la "Encuesta de Fraude y Corrupción en México 2008", de KPMG, mostró que 8 de cada 10 empresas han sufrido un fraude en el último año.
Muchas empresas y negocios piensan que por su tamaño, su carácter familiar o la simplicidad de sus operaciones, se encuentran libres de éste riesgo pero la práctica cotidiana nos demuestra lo contrario. Los daños que por este concepto se causan a las empresas en todos los niveles de su operación son en algunos casos, irreparables.
para que los negocios midan y delimiten con muhca mayor claridad sus riesgos de fraude, es necesario que, sin importar el tamaño de las organizaciones, se planteen y establezcan una serie de medidas que busquen no solo combatir las prácticas fraudelentas y de delitos económicos, sino generar una cultura de ética en los negocios y de ambiente laboral de altura.
Algunas ideas que apoyan estas mécanicas de circulos virtuosos antifraude son:
a. El análisis completo del ambiente de control directivo (predicar con el ejemplo desde la gerencia y a nivel directivo).
b. la conformación de comités de auditoría interna con formación de personal interno o externo.
c. La firma de los equipos de trabajo de cósigos de ética bien fundamentados.
d. Elo desarrollo de programas antifraude en organizaciones con complejidades de procesos.
e. La aplicación de auditorías forenses preventivas.
f. la utilización de tecnologías de información en los sistemas administrativos y sus salvaguardas; y
g. la operación de sistemas de quejas y denuncias anónimas (líneas de denuncia) sobre programas apoyados en asesores externos o sobre bases de ínterrelación directa con la dirección.

El énfasis en los valores y ética y la necesidad de mejores procesos de selección de equipos de trabajo y talento humano son los pilares del cuidado en la medición de éstos riesgos.
Es conveniente aplicar metodologías profesionales en el desempeño de tareas antifraude en las empresas, hechas a la medida de cada negocio, ni quitemos el dedo de este renglón pues podríamos tener al enemigo en casa.

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